FI.DOMINGO - N°115
Prgm de filosofía de radio.uchile.cl
De los domingos.-
Nuestro quehacer está compuesto de preguntas simples y preguntas complejas.
Cada pregunta, junto con plantearla, parece mantenerse trémula y a la expectativa de una respuesta.
La pregunta puede ser acerca de cosas cercanas o lejanas, más o menos accesibles,
sobre cuestiones fáciles o complejas.
Hay también pequeñas y grandes, incólumes preguntas.
Hay respuestas a nuestras sencillas preguntas, que llegan en un santiamén.
Pero está claro también que cuando se trata de una pregunta difícil, la respuesta suele tardar mucho.
En esto se descubre una cuestión de índole temporal, de cómo temporalizamos el tiempo.
La pregunta en torno a lo inmediato y a la mano, en la medida en que encuentra rápida respuesta nos lleva a pasar, a reglón seguido, al próximo momento en el que se plantea tal vez una nueva pregunta, que reclama otra vez una rápida respuesta.
Se genera con ello una vorágine, como se da por ejemplo en el comercio, la producción, la confección de programas televisivos, en la política contingente.
En todo ellos las preguntas parecen apenas aflorar, y ya encuentran de inmediato sus respuestas.
Pero hay preguntas profundas, como las que se hace un historiador sobre una época, el escritor sobre una relato, el filósofo sobre un concepto determinado como la verdad, cuya respuestas tardan, tardan tanto que llegan poco a poco y se siente en ello que se avanza a paso de tortuga.
Estas preguntas exigen tiempo, demorarse en lo que está preguntando alguien en particular.
El temple que acompaña este preguntar es en especial la serenidad y la paciencia, incluso sucede en este lento preguntar, que hay respuestas que no alcanza a llegar, tal vez porque una sola vida no alcanzó para lo que se preguntaba o tal vez debido al asunto mismo, la cuestión esencial y universal que estaba en juego.
Temporalmente aquí también cuenta el momento, el instante.
Pero es un instante que se perpetua y que en muchos casos determina la existencia integra de un autor, un artista, un investigador, un científico, un pensador.
Pero la pregunta no es solo la que el alumno hace en una clase al profesor sobre un asunto de comprensión específica de algo, y que el profesor responde con seguridad, con apoyo en el dominio que tiene sobre la materia en cuestión.
Sino también, en cierto modo, la joven, que espera a un determinado joven, que se ajuste a lo que ella quiere o espera, también pregunta en ello.
Aquí la pregunta como observamos, es afín con la expectativa y la espera, y así sobretodo si consideramos un tal alcance en nuestro preguntar, hay respuestas que pueden no llegar jamás.
Es lo que pasa a la vez con las preguntas que reconocemos como más difíciles y complejas.
De tal índole, podríamos decir, es el preguntar filosófico, la pregunta por el ser, por el solo hecho de que haya ser, podríamos decir es demasiado grande, entonces podemos ver como no hay respuestas posibles, que pudieran acallar nuestro preguntar.-
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RADIO.UCHILE.CL
Prof. Cristóbal Holzapfel Ossa
Doctor en Filosofía con menciones en Filosofía, Germanística y Romanística; de la Universidad de Friburgo, Brigosvia, Alemania.
Además, es Licenciado en Filosofía, de la Universidad de Chile.
Con más de 30 años de experiencia en el mundo académico, pertenece a los Claustros Académicos de los siguientes programas de postgrado: Doctorado en Psicología y Doctorado en Filosofía de la Universidad de Chile; y Doctorado en Psicoanálisis de la Universidad Andrés Bello.
A la vez, forma parte del Comité Académico del Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile.
Ha participado de variadas investigaciones, publicado libros y artículos científicos sobre la ética, la conciencia y el juego.
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Fono: +56 - 2 2978 1148
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