Libro
Radio BeethovenFm
Do. 21/10/2018 – 9am
Libro:
Thomas Bernhard ( -1988)
- El Frío
- El Frío
… A mi triunvirato de médicos,
le faltaba casi todo lo que puede pedirse a un médico. No solo no podía esperar nada de ellos, sino que tenía que estar, también, ininterrumpidamente
en "guardia contra ellos".
No sabía a "cuántos" ya tenían sobre su conciencia. Y me prescribí: “Vigilancia”, “La Mayor Atención”, y la “Máxima Reserva”.
No sabía a "cuántos" ya tenían sobre su conciencia. Y me prescribí: “Vigilancia”, “La Mayor Atención”, y la “Máxima Reserva”.
Por joven que yo fuera aún, era también un escéptico, de formación sólida, hecho a todo y
siempre a lo peor.
Esa virtud la considero, todavía hoy, mi “mayor virtud”. El paciente tiene que depender solo de sí mismo, eso si lo sabía.
Esa virtud la considero, todavía hoy, mi “mayor virtud”. El paciente tiene que depender solo de sí mismo, eso si lo sabía.
De afuera no
tenía nada que esperar. En cambio tenía que adiestrarse sobre todo en: Rechazar, en Impedir,
en Frustrar.
Mi abuelo, mi filósofo particular, me había dado las bases para ello. Desconfié y recuperé mi salud, pero faltaba un largo trecho hasta allí.
Mi abuelo, mi filósofo particular, me había dado las bases para ello. Desconfié y recuperé mi salud, pero faltaba un largo trecho hasta allí.
El enfermo debe tomar su sufrimiento en sus propias manos; y sobre todo en su propia cabeza, para lograr defenderse sus médicos, esa es mi experiencia, y al actuar en ese sentido, confiaba cada vez más en mí.
Cuanto
mayor era ni desconfianza hacia los médicos, tanto mayor era mi confianza en mí
mismo.
No hay otro medio, si quiero vencer una enfermedad grave, es decir, una enfermedad mortal, escapar a esa enfermedad grave y mortal, debo hacerlo solo y por mí mismo . ...
No hay otro medio, si quiero vencer una enfermedad grave, es decir, una enfermedad mortal, escapar a esa enfermedad grave y mortal, debo hacerlo solo y por mí mismo . ...
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